Residencia noble y baronial en Edimburgo.
La casa de Duddingston fue uno de los grandes descubrimientos míos que hice casi por casualidad en mi última visita a la villa histórica que lleva el mismo nombre.
Dificil de acceder ya que tiene dueños privados que habitan y explotan la misma, nos encontramos ante una mansión residencial en perfecto estado de conservación que fue construida en el siglo XVIII. Más concretamente en 1760 por su dueño, el Conde de Abercorn, con diseño del prestigioso arquitecto de la época, William Chambers.
A pesar de ser una propiedad privada, parece ser que es explotada como residencia de lujo, solo a alcance de unos (muy) pocos. No hace mucho, la mansión en sí y sus jardines fueron declarados bienes de interés nacional (patrimonio de Escocia que aquí se denomina bienes protegidos de clase A).