Edam

Edam es un pequeño pueblo a 20 minutos de Amsterdam famoso por el queso del mismo nombre. En los alrededores están las granjas y fábricas donde lo fabrican, algunas se pueden visitar, y cuando tienen la producción del año lista, llevan una muestra a la plaza del pueblo donde se celebra una vistosa fiesta y donde se compite transportando los enormes quesos.

Es pequeñito pero muy coqueto y los establecimientos de hostelería y las tiendas se aglutinan en el centro histórico. Hay un par de canales principales, uno con puentes levadizos de madera y el otro con puentes de piedra al lado de la plaza del pueblo.

Mira en tu nevera, seguro que tienes en la parte de los embutidos un “queso de bola” de toda la vida, ¿a qué sí?. Pues estamos ante el pueblo origen de este tipo de quesos.

El bus te dejará a las afueras, en su pequeña terminal, y justo doblando a la esquina, te adentrarás en otro mundo: calles adoquinadas, casas de madera, pequeños canales y una gran sensación de tranquilidad.

El pueblo es muy pequeño, así que déjate llevar por tu instinto y pasea por su calles, descubriendo sus pequeños detalles y pintorescos rincones.

En los primeros 5 minutos que estés allí, estarás agradeciendo haber sacrificado tiempo en Ámsterdam al venir aquí.

Dejamos la bicicleta alquilada en Ámsterdam y cambiamos nuestro medio de transporte más práctico en esta ciudad por un billete de autobús que nos llevará a Edam. No me digan que no les suena esta palabra. Quizás no a ciudad, o quizás sí. A mí me sonaba a queso, como creo que a bastante gente. ¡Y menudo mercado de quesos que hay en Edad!

Al margen de sustancias y mercancía legalizada en Holanda, innecesarias de probar, hay tres cosas que no puedes dejar de degustar: la cerveza, los quesos y las salchichas. De las tres, el día de Edad triunfó el queso, por los que compramos y los que nos dieron a probar. El queso clásico Edad viene envuelto en una especie de cera roja que me chifla desde pequeña. Porque elemental, como el queso, es que la globalización y las importaciones me han traído a mi tierna infancia de pueblo español este sabor holandés mucho antes de que yo pisara tierras neerlandesas.