Ruta geológica
El Boquerón de Estena es una de las rutas libres que se pueden hacer en el Parque Nacional de Cabañeros. Sí, libre... no hay que reservar, no hay que pagar entrada, y es un camino de aproximadamente 2 horas entre ida y vuelta, por el que nos adentramos en las estribaciones de los montes que marcan el límite norte del Parque. Es una imagen distinta a la de Cabañeros conocido, quizá... yo, al menos, tenía la idea de las dehesas con los ciervos en la lejanía, y detrás los montes (el "Serengueti español", lo llaman. No comments!!). Pues bien, no todo es así.
La verdad es que es un camino muy bonito. Transcurre por una pista bastante pedregosa, siguiendo el curso del río Navas, y en esta época del año (Abril) el campo está exhuberante, con flores silvestres, aromas, bosques de alcornoques... para no perdérselo, vamos. Es muy fácil de seguir, con niños también... y yendo en Semana Santa, la verdad es que no había gente como para molestar, en absoluto.
Además de la inmersión en la naturaleza, esconde grandes sorpresas. Está catalogada como "ruta geológica", y es que aquí se pueden admirar formaciones rocosas que parecen casi cinceladas por el hombre, grandes laderas "arrugadas"... y lo mejor, lo mejor, es una zona de fósiles. Toda esta zona, igual que buena parte de la Península, fue fondo marino hace más de 400 millones de años... aquí se encuentran (y es así, si prestáis atención al suelo y las piedras), fósiles de los más antiguos: trilobites, huellas del agua en la arena (sí, como en las playas, esas marcas rizadas) y las marcas de los anclajes de las anémonas en la arena... dendritas (parecen fósiles de plantas, aunque no lo son), y una pequeña-gran joya, que además está al lado del camino y muy bien señalizada: la huella dejada por gusanos gigantes. Si te paras y tratas de imaginártelo... da hasta un poquito de miedo! :-)
ah! atentos al suelo también. A nosotros se nos cruzó una víbora en el camino nada desdeñable, aunque salió corriendo en cuanto nos oyó. Seguramente tenía mucho miedo. También podréis ver la "ranita de San Juan", que es poco más grande que un pulgar de grande, con un verde precioso, y que se encuentra en toda esta región.
Ah! el acceso está muy bien señalizado, a partir del pueblo Navas de Estena, donde también hay una pequeña oficina de Información turística.
Por otro lado, justo antes de llegar al comienzo del camino, en la orilla izquierda de la pista, acaban de abrir un camping con bugalows y bar-restaurante donde podéis comer o tomar algo después del camino, o incluso alojaros como base de operaciones para visitar la zona... -aunque cuando hemos estado, no estaba del todo abierto, ya que estaban rematando la obra-. Hablamos con los dueños, y están a punto de abrir una página web con información.


