Un ejemplo capital del gótico flamígero
En el corazón de la ciudad de Nantes, rodeada por un foso de aguas cristalinas y un verde jardín, se encuentra el castillo de los Duques de Bretaña. Una más de las etapa de Los Castillos del Loira y punto de encuentro de miles de años de historia.
Esta fortaleza de piedra blanca culminada por pequeños estandartes es uno de los monumentos más visitados de la ciudad. Una construcción majestuosa llena de ventanas para arqueros y una basta muralla que repelía los ataques de las tropas enemigas.
El Castillo de los Duques de Bretaña se ha convertido en la seña de identidad de Nantes. Sus adornos en las paredes, como capiteles sobre las ventanas, le confieren un carácter más palaciego que señorial. Sus almenas en pico negro de pizarra, le dan un toque especial, de cuento de hadas, que enamora a todos los visitantes. En el interior del castillo, una exposición cuenta el pasado mercantil y astillero de Nantes y cómo la ciudad fue durante muchos años uno de los mayores puertos de comercio de esclavos de Europa.