Un espacio natural a escasos metros de la ciudad.
Puede resultar extraño contar con un espacio natural a escasos metros de la playa más transitada de Las Palmas de Gran Canaria, pero es así, El Confital se caracteriza por su ambiente tranquilo que contrasta con su habitual fuerte oleaje, de ahí a que gran parte de las personas que acuden a ésta playa para darse un baño sean surferos o personas que buscan sensación de tranquilidad.
El Confital es una extensa bahía que podríamos dividir en tres partes, sólo tiene una entrada que a la misma vez es salida, ya que el final del tramo de la bahía queda cerrado por unas vallas metálicas, declarada como zona militar, en la que incluso pescadores y bañistas se adentran para encontrar más tranquilidad todavía. Recuerdo una tarde haciendo fotografías en las proximidades de la zona militar, y pude ver como un helicóptero militar vigilaba su zona y se paraba en cada zona en la que veía “intrusos” para decirles que debían abandonar la zona. Me llamó mucho la atención un helicóptero planeando tan cerca del nivel del mar.
La zona militar por tanto es la tercera parte de ésta bahía natural, la primera es la más cómoda para llegar con tu coche, para las personas que le gustan pasear y a la misma vez contemplar el mar, cuentan con una larga pasarela de madera, complementada con bancos e inclinaciones fabricadas con el mismo material donde poder acomodarte y ver, en mi opinión, uno de los mejores atardeceres de la isla. La segunda parte de El Confital empieza cuando termina la pasarela de madera, es sin duda la zona más natural y salvaje (accesible) del Confital, ésta zona hace años estaba habitada por personas que habían fabricado sus propios hogares, conocidos en la isla como “chaboleros”, más tarde el ayuntamiento decidió retirar todas las chabolas para acondicionar la zona a su gusto. A día de hoy sólo se conserva una casa.
La fotografía en El Confital es increíblemente bella, puedes contemplar infinidad de formas en las rocas gracias a la erosión creada por el fuerte viento, cuando la marea está en su punto más bajo se crean unas piscinas naturales en las rocas que son el gusto de los más pequeños.
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