El Fogón de la Madama
Karla Herrera comenzó a cocinar profesionalmente hace unos diez años, pero la verdad es que lo de los fogones es algo que le viene de familia. Cuando uno visita su casa, ubicada en una pequeña villa familiar muy verde y donde solo se escucha el canto de las aves, se da cuenta que el de la cocina es un don que se le da muy bien a todos los miembros de este clan.
Su tía hace dulces típicos guayaneses y su mamá también los cocinaba, además de encurtidos para la venta, su hijo es chef en un restaurante en Ciudad Bolívar y Karla y su esposo se dedican a ofrecer almuerzos en su local del mercado y cenas en su casa a la luz de las velas. Este concepto es muy usado en los últimos años en diversas partes el mundo y es como tener al chef para uno porque la propuesta no incluye más de quince comensales.