Un trocito de paraiso en la tierra
La experiencia es única. Una mezcla deliciosa de sensaciones provocadas por la brisa acariciando con frescura el rostro. La pureza del aire ensanchando los pulmones y el espíritu. La magia del color de las aguas turquesas que hipnotizan al visitante. La magnificencia y solemnidad de las montañas que rodean al lago y el sabor místico por ser un lugar considerado sagrado por los tibetanos.
Por un instante creí estar en un paraíso terrenal, un lugar para la expansión y el crecimiento sin duda.