El Monte Santiago

Un espacio natural protegido creado en 1996 de casi 2.500 ha adaptado para el disfrute de todas las personas donde se puede caminar tranquilamente por su espectacular hayedo, conocer como los pastores construían chorcos o loberas para dar caza al lobo ya que era considerada una alimaña y se pensaba que era capaz de poner en peligro a sus rebaños al diezmar los mismos, Pero también de las magnificas vistas hacia la Sierra Salvada en Burgos, espectacular movimiento tectónico acontecido hace unos 150.000.000 de años que permitió levantar varios cientos de metros sobre el nivel del mar una gran extensión de tierra hasta entonces sumergida en aguas marinas y como la posterior erosión fluvial creada por ríos como Giturri o Délika o Nervión se precipitaran de repente al vacío en espectaculares saltos.

Érase una vez Caperucita Roja que estaba cruzando el Monte Santiago, en Burgos para llegar a casa de su abuela, en medio del bosque de hayas. Allí el lobo feroz se había escapado en más de una ocasión de las loberas. Son trampas hechas con dos paredes de piedras que hacen un pozo profundo y a donde los pastores conducían los depredadores para salvar sus ovejas. Caperucita era distraída y le fascinaban los bellos paisajes de la zona. De hecho el escenario que ahora ella cruzaba se había aprovechado para otros cuentos fantásticos en los que los bosques eran parte esencial del atrezzo. Así pues, Caperucita saludó de lejos a Hansen y Gretel, vio pasar a Blancanieves en busca de la casa de los enanitos y, por último, se encontró al lobo.

Fuimos de excursión al Monte Santiago en noviembre, cuando el hayedo estaba en pleno esplendor otoñal, repleto de tonos naranjas, rojos y amarillos. Hicimos una ruta circular muy sencilla, de unas 2 horas, por un sendero que cruza el bosque hasta un impresionante mirador, con unas vistas del cañón y el valle que cortan el hipo (abstenerse aquellos que sientan vértigo). Un poco más adelante del mirador se encuentra el famoso salto del río Nervión, es el más alto de España con sus 222 metros.

Aunque había llovido bastante en las semanas anteriores a nuestra visita, el salto apenas tenía agua y era más bien un hilillo. Por lo que nos contaron, la mejor época para verlo en todo su esplendor es al final del invierno o a principios de la primavera, cuando el deshielo y las lluvias lo convierten en un espectáculo digno de contemplar. Nosotros nos lo perdimos, pero disfrutamos muchísimo con la belleza del bosque e incluso nos dimos de bruces con un corzo, que salió pegando brincos.

Gran entorno para pasear con la btt. Se puede acceder dejando el coche un poco más adelante tras subir el puerto de Urduña o bien desde los pueblos de Unza o Goiuri (tras subir el puerto de la barrerilla desde Urduña o bien viniendo desde el pueblo de Izarra).