El olivo de los Misioneros de San Javier

Este olivo tiene 300 años, sembrado y cultivado por los jesuitas que fundaron la misión de san Francisco Javier en un oasis de la Sierra la giganta en Baja California Sur. Sus ramas gruesas y retorcidas parecer contar historias de indios y españoles, de religiosos valientes y comprometido y mestizos que iniciaban una nueva raza. El árbol se encuentra en el patio posterior de la iglesia de San Javier en el terreno que constituía el huerto de los curas.