El Peine del Viento

Las esculturas de acero de Chillida incrustadas sobre la roca, ya merecen la pena la visita, sobre todo cuando el Cantábrico está embravecido (lo que viene siendo casi siempre en San Sebastián) y con la Marea Alta. Sin ellas también sería un gran punto para admirar la ciudad y el Mar, pero le dan un punto de interés.
Una de las varias veces que he estado por allí, aprovechamos para ver amanecer desde ese mismo punto. El sol salía por detrás de la Isla de Santa Clara y como la marea estaba baja bajísima, pudimos bajar a las rocas y tener un primerísimo primer plano de las esculturas. Creo que sólo se puede hacer con la marea muuy baja y ojo...

Lo ves de lejos y parece que no dice nada. Te acercas y de repente sientes el viento, el agua, las rocas y el hierro fundidos en una simbiótica combinación. Lo mejor dejarse despeinar por el viento y pasar un buen rato sentado/a en este lugar casi mágico. Imprescindible llegar caminando, San Sebastián es una ciudad ideal para pasear y disfrutar de sus contrastes, de sus colores, de sus playas, de sus edificios, de la comida, de sus paisajes.

Peinas mi melena torpemente; me apartas el flequillo mientras tu mano tropieza con mi frente.. Sopla el viento y me abrazas. Allá en el norte, el mar también abraza los peines que susurran el paso del aire que el Cantábrico trajo a Guipúzcoa.

Soplan susurros y suspiros que sesean en este silencio que se provoca entre tú y yo. No son los peines los que frenan el viento, son las corrientes las que se enredan, juguetean y buscan chocarse entre los sueños de Chillida. Son las rocas, las que animan e impulsan el vigor de las olas. Son tus brazos, los que alejan mi melena tras la frontera de mis hombros.

Maravilloso,espectacular, sin igual, no hay adjetivos para calificar este lugar, bonito, ofrece además vistas maravillosas de la bella perla del cantábrico (san sebastian) lugar especial para reencontrarse uno mismo, para encontrar la calma, para pensar, para relajarse escuchando el mar susurrando entre el hierro forjado de la escultura mas conocida del donostiarra eduardo chillida. Una foto que no debe faltar en cualquier blog de un reconocido viajero. Es un lugar único

La bella San Sebastián está hecha para caminar. Caminas y tantos rincones increíbles tienes a tu alrededor que no te das cuenta que andas kilómetros. Alejándote de la ciudad por la bahía de la Concha, contra la ladera del Igueldo se acaba la playa de Ondarreta. Es aquí, bajo espectaculares murallones de roca constantemente batidos por el mar, donde ‘se peina el viento’. Así lo imaginó el genial artista Eduardo Chillida en 1976, así bautizó a su obra, tal vez la más importante y reconocida: El Peine del Viento. Una maravilla en un lugar mágico, un símbolo de Donostia-San Sebastián.

Pero con pena, pues estaba medio cerrado al publico y no pudimos sentirlo tanto como quisiéramos...

Resulta que el día anterior una piedra se había desprendido y había matado a un chico , y por este motivo casi y todo estaba cerrado y vallado...

Pero la sensación del viente sobre nosotros, fue maravillosa..

Al final de la Playa de Ondarreta se encuentran tres esculturas de Eduardo Chillida, que reciben el nombre de El Peine del Viento. De acero, el paso del tiempo (se inauguraron en 1977) y el agua del mar las ha oxidado un poco, embelleciéndolas.
Incrustadas en la roca, es maravilloso dar un paseo por Ondarreta y detenerse un buen rato a disfrutar de la integración del arte con la naturaleza y observar la fuerza con la que el mar golpea la creación del artista...

Donostia+Sol= Paisajes espléndidos como los que pueden ver a continuación.

Donostia es una ciudad que obligatoriamente se debe visitar una vez ido a Gipuzkoa.
El peine de los vientos es una peculiar mezcla entre la naturaleza y el arte donde no se puede con certeza separar el uno del otro.

Es un maravilla tener lugares como este tan cerca de casa. Es una autentica maravilla poder disfrutar de obras escultóricas como esta al aire libre, poder ir al anochecer, fotografiarlo, ver a los mas pequeños divertirse con los chorros de agua que salen por los agujeros del suelo cuando la mar esta revuelta. El Peine del Viento, San Sebastian, es un encanto de ciudad. Llena de rincones aun por descubrir.