Esta rosaleda es de cuando muchas ciudades latinoamericanas querían parecerse a Francia. Entonces, a principios del siglo XX trajeron de allá y plantaron acá 12 mil rosales distribuidos en ocho caminos que se colman de rosas en el apogeo de la primavera y adornan cuatro pérgolas que, adivinen, son de estilo art nouveau afrancesado.
El prado en si es un lugar lleno de vegetación en donde la mayoría de los uruguayos que viven en el barrio suelen hacer ejercicio, mientras que en vacaciones, fines de semana o días con un clima agradable es ocupado por uruguayos de todas partes de Montevideo o turistas. Es el lugar perfecto para hacer un picnic o juntarse con amigos a tomar mate. En cuanto al rosedal en los últimos años ha cambiado mucho, depende mucho en la época del año en la que vayas si se pueden ver flores o no. Si justo cae una fecha en donde las flores todavía no nacieron no tiene mucha gracia ir.
Hacer deporte, conectarse con la naturaleza o compartir una charla con amigos. Imperdible en primavera. Un maravilloso espectáculo de colores y aromas para los sentidos. Hay ómnibus.
El rosedal es muy lindo para respirar naturaleza y dejarte llevar por su envolvente sonido.
El Rosedal es un paseo que no tiene desperdicio.