Islandia, yo y mis botas.
Mi espíritu aventurero, mis ganas de realizar buenas fotos y mi pasión por los volcanes, me llevo a planear y realizar una aventura sólo que estaba fuera del límite turístico de Islandia. Se trataba de una línea volcánica de 10km llamada Eldvörp, alejada de las carreteras principales, donde no había completamente nada, sólo campos de lava endurecida de la ultima erupción, musgo y pájaros, ah y yo. Es un lugar especial personalmente, dejando a lado mis pasiones, llegar allí no fue nada fácil, un dolor en el tendón de Aquiles del pie derecho, que luego se contagió al pie izquierdo, complico muchísimo más de lo que pensaba los 8 Km de camino que tenia de ida más los 8 de vuelta y lo que caminé explorando por los alrededores llevado por la curiosidad de saber que había en ese hostil y solitario sitio, el cual lo considero un desierto, se convirtió en una dura lucha mental y física, debido a la hora que era y la zona, no había opción de volver, sólo de caminar y llegar al sitio el cual había ubicado unos días antes con la ayuda de Google Maps.