Impresionante monumento en la cima del Cerro de Santa Catalina.
Chillida la diseñó pensando específicamente en un lugar como este, donde la propio escultura recoja el arrullo del mar. Situarse en su centro para escuchar el runrún de las olas a tu alrededor.
Es difícil apreciar la estructura en su plenitud tan de cerca, pero si se va al extremo oriental de la playa de San Lorenzo se puede ver su silueteado con toda claridad.