Al Brindisi

El concepto de Osteria es muy interesante. En sus orígenes las Osterias eran casas para huespedes (Osteria sería Hospederia), sitios de paso para que la gente pudiera parar, descansar y retomar fuerzas. Con el tiempo, el concepto ha ido evolucionando y se ha convertido más en un restaurante donde se pueden degustar gran cantidad de vinos. Esta tenía una gran variedad y pudimos probar unos pocos de la zona. Muy interesante.

El establecimiento en si, con unos cuantos siglos a sus espaldas no tiene desperdicio y es tremendamente acogedor y con ese encanto que dan tantos años. Es muy curioso ver las botellas que se apelotonan por todas partes, como un buen museo.

Una decoración preciosa, tanto la terraza exterior como el interior.

Tomamos un variado de quesos, variado de embutidos y ensalada con mozzarella de búfala. Nos dejamos recomendar y degustamos un vino de la tierra [Baba - efectivamente el nombre no acompaña pero estaba muy bueno :)] todo 36€ para dos personas, y de muy buena calidad.

Tip: puede que el camarero no fuese lo más amable del mundo, pero todo lo demás fue perfecto

Restaurante acogedor y con un diseño peculiar, botellas de vino cubren sus paredes, así que si eres amante del vino aquí tendrás donde elegir. La comida estaba muy buena, después del embutido que te ponen en casi todos los restaurantes de la zona opté por probar una pastel de pasta que estaba bastante bueno. Por cierto dicen que es uno de los restaurantes más antiguos del mundo.

Además de la historia del lugar (presume de ser uno de los restaurantes más antiguos del mundo y allí se alojó Copérnico), el sitio merece la pena.

Los quesos, embutidos, ensaladas y el vino local, excelentes. Ideal para salirse de la pasta y la pizza.