Enraizados en el bosque
Enraizados, un sueño cumplido
A veces, los sueños se cumplen. Tras dar muchas vueltas a un proyecto con el que poder aunar dos de mis pasiones, los bosques y la fotografía, un día de comienzos del verano en el que estaba paseando por una de las entrañables dehesas de quejigos que vegetan a la sombra de la sierra de las Mamblas me llegó la ansiada inspiración.
La idea era la de utilizar los troncos de los centenarios árboles como soporte para una serie de fotografías con los rostros de los más veteranos habitantes de Tierra de Lara. Enseguida me puse a ello y tras recorrer con mi estudio portátil, al estilo de los fotógrafos decimonónicos —uno de ellos era mi tatarabuelo Rafael Almazán Idelmón— una treintena de pueblos de la zona me hice con más de 500 retratos.