Ermita gótica
Nuestra Señora de Alarcos se halla a dos pasos del Castillo de Alarcos, y por supuesto se puede visitar y se debe visitar!... El castillo me gustó, pero la ermita me/nos sorprendió mucho, y gratamente.
Puede ser que al acercaros desde el castillo, veáis que le reja está cerrada e incluso hay un candado, pero si os acercáis hasta la misma puerta, veréis que el candado está abierto y sí, se puede entrar. Encontramos a un guía allí dentro, refugiado del viento y la lluvia que había, y que enseguida se puso a explicarnos el lugar y todas sus peculiaridades. Si lo encontráis, no dudeis en escucharle, porque realmente es bueno, nada pesado y merece la pena seguirle!.
La ermita es una delicia, no encuentro mejor palabra, y no soy amiga de iglesias, en general... Es una construcción gótica, del s. XIV, de líneas puras, sencillas, sobrias y a la vez finas y elegantes. Sus columnas tienen capiteles y bases muy interesantes, con rostros tanto de cristianos como de rasgos negroides, suponemos que son testimonio del pasado árabe del lugar. También hay flor de lis, búhos o lechuzas...
La "estrella" es el rosetón, que en determinadas horas de los días soleados, proyecta su luz hasta el altar, justo en el otro extremo de la nave, creando esa atmósfera mítica que tan bien viene a los sermones litúrgicos :-).
Por lo visto, una vez al año se hace una vigilia, es decir, la gente va a pasar la noche rezando a la Virgen del lugar.


