Una estación habitada por fantasmas
Maputo sorprende a cada paso con su mezcla arquitectónica. Rodeada de colosales edificios racionalistas, en pleno corazón de Baixa, se encuentra la estación de trenes, catalogada como una de las más bellas del mundo. La estación fue diseñada por Eiffel en 1910, y ni bien uno accede a ella se siente en otro planeta. Desde el elegante edificio principal se accede a dos plataformas cubiertas por un techo de hierro forjado repleto de adornos y sostenido por preciosas columnas y vigas decoradas. Aquí y allá se ven detalles de otra época: relojes de pared, enormes ventiladores de techo, azulejos portugueses bellísimos, puertas de madera labradas, bancos de hierro, grandes campanas… Por si esto no bastara, duermen en las vías antiguas locomotoras de vapor. Los trenes, con nombres de compañías tan sugestivos como ‘Botswana Railways’, hacen pensar en viajes a través de la ya remota África colonial.