Maria Cruz Díaz Antunes-Barradas

Unos días inolvidables en una Estancia Fueguina

Gracias a un proyecto de investigación, tuve la oportunidad de pasar unos días en una verdadera estancia Fueguina, la Estancia Cullén. Ocupa miles de hectáreas en el extremo nordeste de la Isla Grande de Tierra del Fuego en Argentina, estando situada cerca de la bahía de San Lorenzo y a pocos quilómetros del estrecho de Magallanes.

Este tipo de estancias se dedican fundamentalmente a la cría de ovejas que crecen casi en semilibertad en amplias zonas cercadas, alimentándose de pastos naturales y los trabajadores suelen reunirlas a principios de verano para la esquila y la obtención de lana.

El núcleo residencial parece casi una pequeña aldea. En el edificio principal, con cierta influencia inglesa, reside el capataz y luego hay diversas casitas para los trabajadores y las labores de campo. Alrededor nos rodeaba un paisaje sin fin, azotado por el viento, formado por pequeñas colinas cubiertas de pastos o arbustos enanos, donde pastaban las ovejas y a veces se podían ver grupos de guanacos.

Para una persona como yo que viene de la vieja Europa, resultaba sorprendente alojarse en un lugar a más de 150 km de Río Grande la ciudad más cercana, y la convivencia que se generó en el grupo de trabajo también fue extraordinaria.