Cuando tuve noticias del viaje de Yola,...
Cuando tuve noticias del viaje de Yola, su paso por Argentina y su posible visita a Rosario para hacer un encuentro Minubero aquí, mi primera sensación fue de incredulidad, con el paso del tiempo la posibilidad se convirtió en certeza y no cabía en mi de alegría pensando todo el tiempo si los argentinos que participamos en minube podríamos juntarnos todos en un solo lugar, algo que no se pudo lograr por las distintas actividades de cada uno en esta época laboral.
De todos modos Yola me dijo que haría una pasadita por Rosario y comencé a hacerme cientos de preguntas ¿querrá quedarse en casa?, ¿cuánto se quedará?, ¿dónde la llevaré?, ¿ tendremos tiempo de hacer las mil cosas que tengo planificadas?, en fin preguntas y más preguntas que me hicieron decirme aquello que sobre la paciencia decía Federico García Lorca “Esperando, el nudo se deshace y la fruta madura.” , y así fue Yola por fin llegó el viernes a las 18.30 hs portando una mochila casi, casi más grande que ella. Dejó sus cosas en casa y nos fuimos caminando por peatonal Córdoba hasta una de las tantas heladerías que tiene Esther y comernos un helado de dos bochas cuyo tamaño la sorprendió. El de ella era un cucurucho con dos bochas de limón, una al agua y la otra a la crema, y el mío una de limón y otra de chocolate amargo, tomamos nuestros cucuruchos y nos sentamos a disfrutarlos en unas mesitas en la vereda. El airecito que corría hizo de mí una perfecta pintura de niños ensayando con témperas sobre la mesa puesto que el helado que pusieron debajo en el cucurucho fue el de chocolate, que es mucho más cremoso, dejando el de limón arriba por lo cual es fácil imaginarse que recurrí a la pileta y me tuve que lavar hasta los “bigotes” que tenía pintados sobre los labios ante la mirada risueña y cómplice de Yola.