Estremoz

Estremoz es un pueblo de vino. Y es un pueblo especial. Seguramente la culpa la tiene su situación, en lo alto de un cerro y rodeado de murallas que formaban un castillo. Es de esos pueblos casi de película en los que se entra por una sinuosa carretera que ha de pasar por debajo de un arco que se ve que antaño estuvo cerrado y uno se imagina ahí a los invasores intentnado derribar ese portón con arietes y catapultas.

Es un pueblo pequeñito pero con mucho encanto. En lo alto hay una plaza preciosa, con una iglesia y una estupenda pousada por si te quieres alejar allí. Además, se divisan

Al entrar en Estremoz en nuestro viaje desde España nos dimos de bruces con un importante depósito de mármol, una industria que es, al parecer, la base de la economía de este pueblo, situado en la zona del Alentejo central. Es tan abundante el mármol en esta zona que los adoquines de las calles, los edificios y las aceras están realizados en este material.
El complejo del castillo está formado por varios edificios, entre los que destaca la imponente torre del homenaje que es hoy en día una bonita pousada. Lo que en tiempos fue un convento, aparece reconvertido en una galería de arte. La espléndida plaza central del pueblo está convertida en un enorme aparcamiento para los coches.

Fantástico día con amigos y enanos. Visita al mercado de los sábados, paseo por el pueblo y comida en Restaurante Sao Rosas. Recomiendo su visita a todo el mundo.