Polo
Cuatro parejas de perros nos arrastran...
Cuatro parejas de perros nos arrastran bosque adentro a través de los caminos de nieve. A cada curva los dos “pasajeros” tenemos que bascular, bajo las órdenes del musher (conductor), para evitar volcar debido a la velocidad. La aventura nos da una tregua para observar una recóndita explanada blanca. Apagamos el foco y podemos ver perfectamente a pesar de ser una noche cerrada. Tanta nieve multiplica la luminosidad y embellece el paisaje, pero también nos deja casi tiritando. Volvemos bajo las mantas del trineo y los perros, que parecen no cansarse nunca, nos llevan hasta nuestro destino: una
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