Faja dos Padres

Tomarte una caña en una cala de pierda remota a orillas del Atlántico bajo una palmera. Eso es lo que te espera si te atreves a bajar en el ascensor que lleva hasta el restaurante Faja dos Padres, en la recóndita zona de Rivera Brava. Un lugar sencillo cuyos platos sirve frutos nacidos en sus propios huertos que, efectivamente, son los que podrás recorrer si te das un paseo por su complejo.

Si vas hasta allí aprovecha y come algo. Sus menús a base de frutas, hortalizas y pescados de la zona son frescos, ligeros y equilibrados. A mi me gustó mucho su aguacate con vinagreta, cosa bien fácil de hacer en casa pero que sabe mucho mejor si uno está de vacaciones junto al océano.

Este pequeño rinconcito al que solo se puede acceder por barco o por un ascensor gigantesco es uno de los rincones más peculiares de la isla. Su situación entre el mar y un acantilado hace que tenga un microclima perfecto para el cultivo de frutas tropicales que pueden degustarse en su propio restaurante. Durante mas de 150 años perteneció a los padres de la compañía de Jesús de donde obtuvo el nombre. Ahora es un rincón ideal para desconectar, alojarte o simplemente bajar a darte un baño y degustar sus frutas y verduras. Un pequeño paraíso en Madeira.

Madeira no tiene playas. Apenas un par de ellas artificiales en diferentes puntos (Si alguien quiere playas deberá ir a su vecina isla Porto Santo a la que se puede acceder vía Ferry). Lo más parecido a una playa natural está aquí con cantos rodados del tamaño de un puño (o mayores), aunque un bañito siempre es apetecible.

Sin embargo, Faja dos Padres guarda muchos atractivos. Por un lado, tiene un particular microclima que hace que multitud de frutos tropicales florezcan en sus jardines y huertos. Esto, añadido al pequeño restaurante habilitado para el que acceda, hacen que este rincón se convierta en uno de esos grandes descubrimientos que tiene todo viaje.

Al fondo de un vertiginoso acantilado de 250 me de altura, en un privilegiado lugar al que se accede mediante un ascensor, se encuentra una lengua de tierra que alberga un restaurante y varias casitas que se pueden alquilar.

La especialidad del restaurante es el atún acompañado de aguacate y otras frutas y verduras biológicas: se cultivan en el mismo lugar. Además hay una de las pocas playas de Madeira, eso sí, hazte con unas sandalias porque es de piedras.