Faro de la ría de Avilés

El emplazamiento original pensado para este faro a la entrada de la ría de Avilés era la punta de la Horcada, lo que le otorgaba varios usos, como señalar el fondeadero de la Rogaríza y enlazarlo como luz de costa con el faro de Peñas, pero la punta de la Horcada está muy expuesta a los temporales y finalmente se eligió la punta del Castillo.

Se ilumina en 1863 por vez primera, con la apariencia de luz fija roja, lámpara de aceite de oliva y un alcance de 10 millas; en 1882 se sustituyó la lámpara de aceite por una de parafina.

Después de la Guerra Civil se electrificó y se le dotó de un juego de pantallas giratorias y un tambor dióptrico con pantalla de cristal rojo, lo que le dio una apariencia de luz blanca con sector rojo y ocultaciones cada 5”. El grupo de lentes de sector rojo se orienta hacia el NW de la óptica y tiene como finalidad señalizar los peligrosos bajos de Petón.

Experiencia para los 5 sentidos. Preciosas vistas de la mar, huele bien, a mar, se oyen los rsonidos máas típicos de la zona cotera entrante een la mar, gaviotas, pájaros, olas... Se siente brisa marina y el sentido del gusto... Lo satisfaceremos siguiendo hasta la lonja a comprar pescado freso. Buen sitio para no pensar y meditar.

No solo se puede disfrutar de la imagen y la luz del faro, sino también de todo lo que le rodea: la inmensidad del mar, el acantilado, los pescadores, pequeños y grandes barcos que entran o salen del puerto, la vegetación, el olor a sal y a mar.

Un lugar interesante que muchos tienen olvidado, pero que aseguro que no deja indiferente a nadie.

Bajo mi pasión por los faros, me apetece compartir con vosotros/as el favorito de mi colección.
Se encuentra en Avilés, Asturias.
Os recomiendo visitarlo.

Un atardecer de encanto, con un colorido maravilloso.

La llegada hasta allí no está nada bien señalizada, interesantes las vistas sobre todo cuando llega un barco considerable o entra un temporal importante.

Si sigues el sendero encuentras restos de fortificaciones defensivas.

Bonito lugar desde donde contemplar la entrada de los barcos en la ría.