Uno de mis rincones favoritos.
Desde pequeño, cuando vivía cerca de Legazpi, uno de mis lugares favoritos es la Ferrería de Mirandaola.
Es una ferrería artesanal del siglo XVI donde poder ver cómo trabajaban los antiguos ferrones el metal, con la fuerza del agua moviendo las espectaculares herramientas con las que trabajan. También es espectacular ver como ellos mismos, ataviados con la vestimenta de la época te explican los pormenores de aquella forma de trabajar mientras dan a los grandes fuelles.
La última vez que he ido, además han montado un pequeño museo del hierro en una nave contigua, que merece la pena visitar. Recuerdo que de pequeño, aquello era un bar. Por suerte la báscula, que tanto me llamaba la atención, sigue estando en el mismo sitio y sigue funcionando.