Miskita
Vienen del arroyo, de los regatos, de...
Vienen del arroyo, de los regatos, de los humedales del Mar de Ontígola para engalanar los jardines de Aranjuez. Me refiero al agua que de sencilla presencia embalsada en las reservas de Ontígola, pasa a ser la protagonista de los jardines, con su runruneo al caer; con esa especial atención que pone cada gota en su caída libre desde lo alto de la fuente.
Sabe que sin ella, sin agua, los jardines de Aranjuez no serían lo mismo. “Vamos a Palacio”, le dice una gotita a otra antes de ser absorbidas hacia su destino. “Bien, bien”, contesta la otra un poco tontorrona. “A ver si veo a príncipes y princesas”.
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