En 1627 se construyó el fuerte militar para proteger el pequeño puerto de Sokoa de los invasores.
Se puede visitar el exterior y disfrutar de las vistas a las vecinas Ciboure y San Juán de Luz, el Cantábrico, los flysch y Hondarribia.
Un pequeño pueblecito, muy turístico, donde abundan los restaurantes con terrazas.
Bueno, para mi es un rincón muy especial, sobre todo cuando anuncian oleaje, ya que en su rompeolas se ven unas fantásticas olas..y contra-olas, su luz a cierta horas del día, sobre todo al atardecer, siempre que haga bueno, claro, es estupenda y mas para fotografiar.
Junto a St. Jean de Luz, Sokoa rs una pequeña localidad vasco-francesa que te transporta a otro siglo por la tranquilidad y el encanto de su paseo hacia el castillo, desde donde los días de oleaje se pueden ver verdaderos espectáculos.
