¿Dónde querés ir?
Entrar
Mi perfil
Editar mi perfil
Cerrar sesión
Añadir experiencia
Publicar

Fuerte San Felipe del Morro

+99

24 opiniones sobre Fuerte San Felipe del Morro

Atardecer en el Castillo de San Felipe de El Morro

San Juan de Puerto Rico y en concreto el casco histórico del llamada Viejo San Juan, es una auténtica maravilla de la arquitectura colonial.
Aquí se conservan los edificios civiles y militares que conformaron una de las ciudades más importantes de la América Hispana. Y entre todos ellos destacan sus fortalezas, murallas y castillos que convirtieron a San Juan en una plaza prácticamente inexpugnable durante 400 años.
El Castillo de San Felipe del Morro es una construcción ciclópea iniciada por los españoles allá por el Siglo XVI para vigilar la entrada a la bahía de San Juan. Ingleses, franceses y holandeses intentaron una y otra vez la toma de la ciudad durante más de 200 años. Pero la plaza no fue entregada hasta 1898 tras el fin de la Guerra de Cuba y el bombardeo de la marina norteamericana sobre el Castillo de El Morro. Se ponía así fin a la presencia española en el Caribe dando paso al dominio de los Estados Unidos.

Además de ser un lugar Patrimonio de la Humanidad, es Sitio Histórico Nacional perteneciente a la red de lugares históricos de los Estados Unidos. Y una de las principales atracciones turísticas de Puerto Rico.
Todavía hoy la magnitud de su tamaño impresiona aunque la amplitud y complejidad de su estructura no se aprecia desde la explanada de Ballajá. Hay que adentrarse en su interior para descubrir que El Morro se divide en varios niveles superpuestos con gruesas y altas murallas, además de numerosos pasadizos que conectan las diferentes baterías de cañones.
Sin duda uno de esos rincones de visita imprescindible y con unas vistas maravillosas al Caribe
Leer más

La fuerza de la piedra

Tan antiguo casi como el propio Descubrimiento, el fuerte ya estaba en la cabeza de sus diseñadores allá por el año 1540, más concretamente en la de Pedro de Salazar, de gran confianza para Felipe II, que respondía así a la petición de un pueblo sanjuanero que estaba un poco harto de tanto ataque piratil y extranjero. Casi cuarenta y seis años llevó la construcción total del fortín, aunque posteriormente se le fueron añadiendo más y más dependencias y mejoras. Necesidades de los tiempos.
A estos lares caribeños se enviaban las tropas provenientes de España para defender las ricas colonias conquistadas a sangre y hierro, pero también aquí tenían sus calabozos y encierros los presos que desde todas partes del Imperio llegaban a cumplir sus condenas de por vida.

Por ello era necesario distribuirlos y formar con ellos unas milicias que pudieran ser repartidas en los puntos fundamentales de defensa del Caribe, es decir, San Juan de Puerto Rico, La Habana y Santiago, Cartagena de Indias, Portobello y Nombre de Dios en Panamá.
Por la bahía del Antiguo San Juan el tráfico de barcos cargados de tesoros de las colonias que salían desde Portobello en Panamá era constante. Paraban aquí después de peligrosas travesías por el mar Caribe antes de proseguir su ruta.
Hay quien dice, que el origen de estas fortificaciones caribeñas, se encuentra curiosamente en aquellas que se edificaban entonces en Flandes, en la lejana Europa.
Aunque de poco le sirvió contra el temible Conde de Cumberland, europeo también él, que se hizo con la ciudad ayudado por su barco El Azote de la Maldad junto con otros diecinueve navíos y que sólo fue derrotado por una epidemia de cólera que lo asustó como no lo hicieron los cañones del Morro.
Y claro, vuelve a aparecer O'Daly, el irlandés que odiaba a los ingleses, y remodeló y reforzó los patios interiores, los arcos, galerías y rampas hasta que adquirieron su imponente aspecto actual.
Imponente aspecto que resulta de lo más atractivo para los aficionados a la fotografía por la cantidad de espacios y texturas diferentes que posee. Y para los amantes de la historia y la arquitectura una advertencia: cuenten con varias horas para visitar la totalidad de la fortificación porque el recorrido es largo y transcurre por varios pisos o niveles y sólo así podemos hacernos una idea de las defensas que necesitaron los españoles residentes en la ciudad para hacer frente a lo que venía desde el mar.
Si me permiten unas recomendaciones, para aquellos que quieran ir un poco a tiro hecho y no vagabundear por el recinto, considero indispensables los siguientes puntos: foso seco, puente y entrada, capilla y bóveda para presos, faro y baluartes de Austria y Tejada, los aljibes y la gigantesca rampa que baja al nivel inferior de caballerizas, los calabozos y letrinas, baluarte de Santa Bárbara que acompaña a los cuarteles con sus cocinas y el del Carmen.
Para acabar, disfrutar de las vistas únicas e irrepetibles de la ciudad de San Juan desde el Morro. Inolvidablemente bellas.
Leer más
+23
¿Conoces este lugar?
Ayuda a otros viajeros a descubrir con tu experiencia y tus fotos

Información Fuerte San Felipe del Morro