Un pequeño fuerte en el Viejo San Juan
La tarde era lluviosa y no tenía ganas de salir, pero algo me decía que afuera había algo por ser descubierto, algo interesante para ver, y así fue. Después de caminar un largo rato por Condado y la avenida Ashford, vi un pe pequeño fuerte a lo lejos, por un camino lleno de farolas y rodeado de agua. Ya de por sí el camino era muy bonito, dejé atrás los hoteles y la zona bulliciosa y camine por una pequeña calle peatonal que me llevó hasta este fuerte, sin duda, un lugar para ir a pensar un poco, lejos del ruido de la ciudad tan ajetreada como San Juan. Este lugar no es un secreto, cuando llegué había un par de personas, pero nada ruidoso, la lluvia los ahuyentó pronto.
Me senté a imaginar cómo era el lugar 300 años atrás con las embarcaciones de madera pasando por este fuerte y cómo sus cañones apuntan hacía el mar, un bastión más de protección al fuerte de San Felipe del Morro. No pude más que maravillarme y escuchar los cañones tronar una y otra vez, mientras soldados con sus pesadas casacas corrían de lugar en lugar, tal vez un ataque de piratas. No pude mas que imaginar. Es un pequeño fuerte, un rincón para pasar un rato agradable y tranquilo observando al pasado.


