Gare Chapelle

Reconozco que Bruselas es fea pero tiene lugares que sorprenden. Termino uno de mis infinitos paseos por sus aleatorias calles destartaladas, que tan pronto tienen edificios flamencos como muestras del art nouveau más francés, y de repente me encuentro con una plaza llena de jovencitos belgas recién salidos de clase y haciendo skate. De fondo, la iglesia de Notre Dame de la Chapelle; debajo, las vías del tren. Como hay una suerte de ¿mirador? que cuelga sobre estas con el resto de la ciudad de fondo, el sitio invita a ese tipo de plan de cerveza, calma y a escuchar el sonido hueco de los trenes cuando pasan.