Glaciar en el corazón de Europa
La vista del glaciar de Aletsch es una de esas que no se olvida nunca. No hace falta ser alpinista experimentado para disfrutar de esta preciosa panorámica. Tan sólo (que no es poco, porque es carísimo) comprar un billete para el tren cremallera que sube hasta Jungfraujoc y aprovechar un día despejado. En primavera todavía está cubierto de nieve, pero en alguna foto se aprecian las línea onduladas que indican la trayectoria a lo largo del valle. Además, se puede visitar desde dentro, recorriendo una galería excavada en el glaciar. Una experiencia única.