GERARD DECQ
Bonito y práctico
Encontré este hotel muy agradable para visitar Évora. Ambiente bucólico, ya que está rodeado de campos con la Catedral de Évora en su horizonte.
Se trata de un hotel familiar y la acogida es muy agradable. Pusieron a mi disposición un ordenador e impresora para que imprimiera mis tarjetas de embarque. Servicio apreciado. La limpieza y la elegancia de los sitios son muy buenas. Una señora mantiene sus flores. El único inconveniente es el desayuno, pero vale la pena lo que cuesta.