Gran teatro de Hierápolis

Quizás el edificio más espectacular del conjunto de Hierápolis sea su gran teatro romano. Con capacidad para más de 12.000 espectadores (tenía que albergar a todos los habitantes de la ciudad), fue construido en dos fases, entre el emperador Adriano y Séptimo Severo. Gran parte del escenario se conserva y en verano se realizan representaciones en el mismo. Su restauración se realizó en los años 70 del siglo XX por canteros italianos. Para evitar accidentes o destrozos se han colocado unas barandillas que imposibilitan el acceso al escenario. Las vistas desde lo alto del teatro son espectaculares,

El teatro romano es uno de los monumentos mejor conservados de Hierápolis. Data de los tiempos del emperador Septimio Severo, año 193. Lo más destacable son los arcos de entrada y los corredores internos cubiertos por bóvedas de cañón.

26 filas de gradas en mármol componen la cavea, justo a la altura de la tercera grada, en el centro hay un asiento semicircular, reservado a las personalidades.

También destaca un friso con escenas mitológicas de Apolo y Artemisa.

Sin duda es el edificio mejor conservado y en el que la restauración está más adelantada. A pesar de la cuesta que hay para llegar a él, merece la pena subir, nosotros nos quedamos sin aliento, y no sólo por la cuesta.

El teatro romano de Hierápolis es una auténtica joya que posee un estado de conservación espectacular. Comenzó a construirse en el siglo dos en dos fases por los emperadores Adriano y Septimio Severo. El enclave que se eligió para este teatro es perfecto, ya que se construyó sobre una pendiente y eso le da un aspecto mucho más colosal e impresionante.
El teatro romano de Hierápolis está compuesto por tres secciones, la cávea, la scena y la orchestra. La cávea aún conserva sus formas, y gracias a éstas se sabe que el teatro tenía una enorme capacidad, había espacio para más de 15.000 espectadores. También se conserva parte del escenario, algunos paneles decorativos y los palcos de la parte delantera, que eran los que estaban destinados a las personalidades de la época.