Totalmente recomendable
El hotel es realmente estupendo, situado a unos pasos de la plaza del Burg, en pleno centro. Nosotros nos alojamos en la parte nueva del hotel en una habitación con vistas al canal.
La habitación estupenda, espaciosa, muy bien decorada. El baño fenomenal, con ducha y bañera y productos de la marca L’Occitane.
Es como un palacete, en la parte antigua tienes el bar y tres salones con chimenea que son muy acogedores y preciosos, también tiene una zona de biblioteca. Merece la pena entrar a los servicios de la planta baja del hotel, son inmensos y preciosos.
El personal de recepción muy agradable y dispuesto a ayudar en todo momento. El desayuno es en el sótano, en una sala inmensa y con una gran variedad. También en este sótano está el Spa, con tumbonas, sauna, baño de vapor.