Gretna

Gretna es uno de los últimos pueblos que vemos cuando dejamos Escocia en dirección a Inglaterra o viceversa. Un asentamiento de mucha antigüedad que denota su propio nombre: "colina de los enterramientos" por lo que se liga a la idea de estar ubicado en un lugar de ritos ancestrales.

Gretna fue un pequeño pero famoso pueblo en el siglo XVII ya que tenía una curiosa ley por la cual cualquiera que llegase podía casarse allí sin autorización paterna, por lo que se convirtió un poco en un paraíso de escape para enamorados adolescentes que se escapaban para llegar a este pueblo y una vez allí contraer matrimonio. Muy curioso.