Un pueblo fantasma
En la frontera de México con Texas, a orillas de la presa Falcón, se encuentra este pueblo abandonado; desértico precisamente debido a la construcción de este embalse, obra proyectada por los gobiernos de Estados Unidos y México. Al diseñar el proyecto, se contempló la posibilidad de que el agua del Río Bravo, al estar almacenada inundara esta localidad, y así fue. Sus habitantes fueron re-ubicados en un asentamiento llamada Nuevo Guerrero, pero estas ruinas quedaron de pie, a manera de reminiscencia de un pasado. Cuando es época de lluvia y el agua de la presa tiene un nivel satisfactorio, se puede ver los edificios rodeados de agua, pero cuando viene la sequía, que en estas tierras es tan frecuente, es posible caminar por las calles polvorosas del Viejo Guerrero.