El templo junto al mar
Cuando uno llega a este templo no ve nada de él hasta que no desciende las escaleras por los acantilados y llega junto al mar. Entonces lo ve, allí, al borde del agua enfrentado a las olas y las mareas. Todas sus puertas se abren a la brisa del océano y sus Budas miran de frente al infinito azul que hay ante ellos.
Haedong Yonggungsa no es el templo más bonito de Corea, pero si uno de los más peculiares precisamente por esta valiente ubicación frente a la inmensidad del agua azul durante el día y negra por la noche. Es un lugar mágico y misterioso, como casi todos los templos, pero aquí hay algo especial que envuelve al visitante: el sonido del mar al romper contra las rocas mezclado con el sonido de los cánticos budistas.