Hagunía - Desierto del Sahara

En una de mis múltiples escapadas por Marruecos, decidimos visitar el desierto del Sahara Oriental, también denominado como Sahara Marroquí.

Lo primero que se le viene a la mente a uno es la fuerza de la naturaleza y sus constrastes en esos lugares para nada usuales. De igual forma, nos recuerda que no todo es nuestro mundo civilizado y que para nada viene mal el convertirse en parte de ese mundo incivilizado por unos días, valorando así lo que tenemos y que muchos otros no tienen.

Entre peligros y parajes preciosos, no podría dejar de mencionar a la población local, más de Tuaregs que de Marrorquies, amables, serviciales y mostrando en todo momento una actitud ante la vida que a muchos nos vendría muy bien adoptar, para ser más humildes y comprensivos ... Y de igual forma menos ambiciosos (uno de los males de nuestra actualidad).

No es la idea que mucha gente tiene del desierto, dunas y mas dunas.
Por el contrario aquí es piedras y mas piedras.
La soledad y la falta de referencias (absoluto pedregal plano sin nada que te permita orientarte) lo hace un territorio excepcionalmente duro. La orientación sin los medios actuales debía ser todo un arte.
Belleza pura.