Harem del Palacio de Topkapi

El Palacio de TOPKAPI, en la ciudad turca de ESTAMBUL, y residencia real de los Sultanes del imperio otomano durante varios siglos, tiene dos atractivos principales: El TESORO del Imperio, y el HAREM, es decir, las habitaciones del Palacio en donde convivían las mujeres del Sultán.
El Harem consta de aproximadamente 300 habitaciones, 2 capillas para orar y una lavandería. Las habitaciones están destinadas a distintos usos: Habitaciones para la madre del sultán, otras más para sus esposas, otras para las concubinas y odaliscas. Dormitorios para los esclavos y eunucos. Habitaciones para las princesas y los hijos del Sultán, sus baños. Las estancias imperiales, cuartos de estudio para príncipes y princesas; habitaciones para comer y merendar; la habitación de la fruta, de la corona imperial, y las terrazas etc.

Gigante y hermoso palacio impresionante alberga al gran diamante de más de 86 kilates y unos candelabros de oro de más de 100kg. La cocina alejada ya habían aprendido para evitar los incendios en el palacio donde hay muchísimas alfombras. Un lujo en verdad y allí filmaron algunas escenas de las novelas Las mil y una noches y El sultán.

El harem está compuesto por unas 300 habitaciones para las concubinas y los hijos del sultán, varias capillas y es la zona privada de los aposentos del Sultán, la parte prohibida. De todas estas salas solo algunas son visitables, aunque son suficientes para hacerse una idea de la belleza del edificio.
Tiene varios patios y jardines.

Pagando 15 liras (unos 7 €) se puede ver toda esta parte de Topkapi que es la más bonita.

La parte más impresionante del Palacio. En algunas zonas recuerda por su esplendor a la Alhambra de Granada.

Perfecto ejemplo de la riqueza de otra época. No dejan de impresionar los miles de azulejos que recubren las paredes, la grandeza del techo en las dependencias del príncipe heredero, todo de madera, y el gran espacio que ocupa dentro del palacio Topkapi. Como dicen, es un palacio dentro de otro más grande. Recomendable!

A pesar de que hay que caminar un poco para la entrada.