Bonito pueblo serrano
Seguimos visitando y alojándonos en bonitas e increíbles "Hespederias" como la del Valle de Ambroz.
Ya en la Villa de Hervas, titulo que se le concedió en 1.816 que pertenece a Cáceres, famosa sin duda por su judería. Data del S.XIII.
Antigua aldea de los reinos de Castilla, pobladas desde celtas y fenicios - griegos para tener aun reminiscencias de la ocupación judía, de ahí su arraigo.
Tierras y fronteras de guerreros, por su antigua Ruta la de la Plata, por la que hoy discurren tantos y tantos viajes como el nuestro, un largo recorrido por Extremadura, sin prisas y con pausas.
Pausas por el Valle de Ambroz, donde aun se ve su ganadería trashumante, aquí vivieron mas de 600 judíos nos mostró un poquito de su historia, figura de Rabi Samuel (físico -medico-rabino).
La herencia tanto cultural como errante se nota en Hervas, se encuentran calles como de la Sinagoga
o dulces de origen árabe con azúcar, almendras y obleas, fantásticos.
Bajando por la calle de los Cofrades nos cuentan que aun se conservan bodegas hebreas, dos. Telares ya hoy un museo de tantos y tantos paños tejidos aquí y tintados.
En la calle del Rabilero se encuentra la Sinagoga, propiedad de Rabi Samuel. Siempre las he encontrado especial, ese lugar parco en mobiliario y rica en techos deslumbrantes, tallados y decorados magníficamente, dando ese aire de austeridad, que no te deja indiferente.
¡Sera por la cultura árabe! que hemos tenido tanto tiempo en nuestra tierra, esa influencia morisca que me encanta.
Así que callejeando por sus callejuelas, de edificios de adobe, piedra y madera. Asentados en buenos cimientos y bien conservados. Con voladizos y balconadas muy cuidadas en castaño y roble.
También nuevos chales, preciosos y modernos, como no.
Visitamos hacia las afueras del pueblo, el museo de la moto clásica, desde allí se tienen las mejores vistas de la Villa de Hervas y de viajar un poquito en la historia, mientras lo contemplas.
Pero la esencia esta en sus casas estrechas unas se adosan a las otras tal vez así se aguanta el frío aire del invierno y el frescor de los días de verano en el quicio de las puertas ¡esas tertulias de vecinos de toda la vida en los pueblos españoles! De visitar sus tabernas y catar sus vinos.
!Lo mejor dejarte llevar!. Y seguir el curso del Río Ambroz...


