Tres culturas
Como un museo al aire libre, surge frente a la Mezquita Azul y como una columna vertebral, resto de la spina que fue en su tiempo, el Hipodrómo, lugar de esparcimiento de cientos de generaciones de ciudadanos y de tres culturas.
Que pena que el tiempo, que todo lo destruye y que conserva lo que se le antoja, haya dejado sólo tres muestras de una grandeza ya pasada pero que demuestra que esta ciudad fue construida por gente que necesitaba que perdurara su recuerdo.
Así pensó Teodosio el Grande que debería ser recordada su ciudad y decidió embellecerla con tesoros traídos desde todos los rincones de su imperio.
Como colofón de tanta grandeza antigua, Constantino VII mandó tallar un nuevo obelisco, poco atractivo en la actualidad, pero cubierto de bellas piezas de bronce doradas hasta que fueron robadas en la Cuarta Cruzada.
Como complemento anacrónico pero perfecto, la fuente alemana, una fuente octogonal abovedada de estilo neobizantino, fue construida por el gobierno alemán en 1900 para marcar la visita a Estambul del emperador alemán Guillermo II en 1898.
Un espacio único donde relajarse un rato tras el ajetreo de las visitas a Santa Sofía y la Mezquita Azul.


