Un lugar imprescindible en Japón
Desgraciadamente, Hiroshima es famosa mundialmente por uno de los episodios más tristes de la historia contemporánea, pues fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial por una bomba atómica que mató a miles de personas en el acto y a otros miles durante los días, meses y años posteriores.
La ciudad está hoy en día volcada al recuerdo de este hecho, acaecido el 6 de agosto de 1945 y a la lucha por el desarme nuclear en el mundo.
El centro turístico de la ciudad es la zona donde se encuentran el Parque Conmemorativo de la Paz (Heiwa Kinen-koen) y el Museo Conmemorativo, que se encuentran a pocos metros de la Cúpula de la Bomba Atómica, hoy Patrimonio Mundial de la Humanidad. Esta cúpula es lo que quedó tras la explosión de la bomba atómica (que cayó a unos 100 metros) del edificio dedicado a la Promoción de la Industria de la ciudad hasta ese momento.
Os recomiendo que visitéis el museo, donde podréis pasar unas horas descubriendo el antes, el durante y el después del bombardeo con interesantes testimonios.
Aunque el museo en sí os dará mucha información, creo que es imprescindible coger la audioguía para escuchar otras muchas historias, como la de Sadako Sasaki, símbolo del sufrimiento después del bombardeo. Sadako vivió el bombardeo cuando tenía menos de 2 años, y 10 años después, murió de una leucemia provocada por la bomba atómica.
Mientras estaba en el hospital, conoció a otra niña que le contó la leyenda japonesa de las mil grullas (pájaros) de origami, según la cual si uno logra hacer mil grullas de origami, se le concede cualquier deseo. Pues bien, Sadako murió cuando había hecho poco más de 600 figuras, pero sus compañeros de escuela y su familia acabaron para ella las que le quedaban por llegar a las mil.
Hoy en día no es difícil ver muchas grullas de origami por toda la ciudad, en recuerdo de esta emotiva historia.


