Aprendiendo del pasado
Normalmente no suelo sentirme atraído por toda la parafernalia que constituye esos recuerdos que muchos prefieren mantener en la memoria histórica por razones de heroísmo, gloria o simple fetichismo. Pero tengo que reconocer que en el caso del HMS Belfast mis prejuicios cayeron redondos al suelo, o más bien al agua del Támesis, ya que ver este destructor, balanceándose casi imperceptiblemente en el arrullo de las mareas del río tiene un magnetismo fuerte e irremediablemente atractivo.
No es fácil resistirse a visitar el pasado cuando en pleno centro de la ciudad de Londres encuentras un barco que tiene y retiene tanta historia que parece envuelto por un halo de leyenda.
Y es que viene a ser un apéndice del Museo Imperial de Guerra, como las torres exentas de las iglesias románicas, aunque en vez de campanas tiene ametralladoras y cañones, que sonaron durante la Segunda Guerra Mundial y la innecesaria Guerra de Corea. Menos mal que algún visionario tuvo la buena idea de redimir el alma del navío y dedicarlo a labores humanitarias, papel que interpretó hasta su conversión en museo.
Sólo al pisar la cubierta por primera vez nos damos cuenta de que el barco era en sí mismo un pequeño cuartel flotante, ya que prácticamente cubría todas las necesidades de la marinería en alta mar. Una cuidadísima reconstrucción de sus instalaciones nos lleva a través de los camarotes, la cocina, la enfermería, el dentista, la despensa, el puente de mando o, bajando hasta el corazón, la sala de máquinas y la enorme caldera.
Varios maniquíes colaboran activamente en dar más sensación de realismo a la visita, ya que prácticamente pueblan todo el barco, desde la cubierta principal hasta las cocinas o el quirófano. Con mucho cuidado, ya que las escaleras y escotillas no están hechas para cualquier visitante dada su inclinación y estrechez, vamos pasando de una a otra cubierta y descubriendo la importancia histórica del buque.
A quién le guste la maquinaria bélica y todo lo relacionado con la Segunda Guerra le encantará el barco, pero también disfrutará quien quiera conocer un poco más sobre el papel del Reino Unido en la contienda y los entresijos de un barco espectacular. Totalmente recomendable.