En el pueblo de la Princesa de Éboli.
La Hospedería Real de Pastrana es un destino perfecto para sumergirse en un ambiente tranquilo, casi monacal, que se contagia del espíritu de los monjes franciscanos que viven en el Convento del Carmen, en el ala contigua del edificio.
La hospedería está decorada muy sobriamente, con ladrillo y forja de tipo castellano, pero resulta muy acogedora.
La hospedería dispone de gimnasio, aunque no de piscina. Eso sí, a 500 m hay una piscina municipal. También cuenta con cafetería y restaurante.
El jardín del hotel es precioso y en una esquina del huerto se ubica una pequeña ermita, monísima, llamada Ermita de Santa Teresa de Jesús.
En cuanto a la práctica de actividades, en el hotel puede contratarse la práctica de deportes náuticos en los pantanos de Entrepeñas y Bolarque y paseos a caballo por los alrededores. También se alojan en este establecimiento personas aficionadas a la caza (mayor y menor) y la pesca, dado que ambas actividades pueden practicarse en la zona.
Desde el Hotel se ofrece la visita a la Zarza sin espinas, una zarza a la que no le salen espinas, hecho que se atribuye a la intervención milagrosa de Santa Teresa de Jesús.
Personalmente estuve alojada en este establecimiento solamente una noche, invitada por una amiga que se casaba en la localidad. Realmente, me encantó, es muy tranquilo y está perfectamente acondicionado. La habitación, muy luminosa (con una ventana muy grande) y con vistas al huerto, perfectamente limpia, con una cama de 1.50m para mí solita, sábanas de algodón y una colcha brocada a juego con las cortinas en tonos ocres.
El servicio, tanto en recepción como de habitaciones, muy amable y el cuarto de baño, de tipo rústico y muy amplio y limpísimo. El desayuno, sencillo y muy completito.
Definitivamente, os recomiendo este hotel si os apetece perderos un par de días en un ambiente de paz.