He acudido dos veces ya a este hostal....
He acudido dos veces ya a este hostal. La primera quedé tan contento que la segunda vez que acudí a Cuenca no dudé un momento a pensar dónde debía alojarme.
Todo el hostal está basado en una decoración egipcia, tanto fachadas, como paredes, vidrieras, etc.
El ambiente es muy familiar. La comida que ponen en el restaurante es deliciosa, y tenemos una piscina fantática donde poder hacer unos largos. Las habitaciones no son demasiado grandes, pero son muy acogedoras. Las dos veces que he acudido he ido en moto, y la moto la puedes aparcar justo en la puerta de tu habitación. Aunque un poco más allá del hotel tienen un parking propio para automóviles.