Muy justito
A unos pasos de la catedral de Sevilla encontramos el Hostal Sierpes. Una de las cosas que más me gustó durante mi estancia fue realizar este trayecto, ya que el hostal está situado en la zona peatonal de Sevilla. Estas estrechas callejuelas, empedradas, frescas y tranquilas, deben ser un lujo en pleno verano.
El hostal está construido en una antigua casa sevillana, con sus típicos patios con flores que aún se conservan. Las habitaciones son amplias, con una decoración austera y muy antigua (no se han gastado mucho dinero en este sentido...) y la equipación no es nada del otro mundo: baño, armario, mesa auxiliar y cama. Cuando llegamos, estuve un buen rato buscando algo fundamental, la televisión, hasta que me di cuenta de que ¡no había!. En estos tiempos, me parece un completo atraso... Y la red wifi no llega a las habitaciones, sino que tienes que ir a los patios a conectarte. No me convence esto...
El servicio de desayuno también es justito. No es un buffet, te lo ponen en la mesa y consta de: zumo de naranja (buenísimo), café o leche y un pan calentito con mantequilla y mermelada o jamón y queso.
Para terminar, el servicio del personal también fue extraño. A nuestra llegada nos atendió una chica, que nos dió las llaves y poco más. Cuando le pedimos un mapa (porque era nuestra primera vez en Sevilla), se limitó a dárnoslo, sin darnos ni una sola indicación. Lo mejor fue que no era que la chica estuviera liada con más clientes. ¡estaba viendo Sálvame en la tv de la recepción!
No es excesivamente económico, así que cuando vuelva a Sevilla, buscaré otro hostal...