Hotel Alma De Romero*

Fuimos a pasar un puente mi pareja y yo, buscando huir del estrés, y disfrutar de la naturaleza. Fue un acierto, el hotel es pequeñito, tiene sólo 8 habitaciones, pero eso sí, cada una decorada con temas como Inglaterra, África, India, Budista, Zen, México... ¡todas con bañera de hidromasaje!

Nosotros estuvimos en México, y tiene una bañera circular con chorros y luces... no digo más.. Además, le reservé una sorpresa a mi pareja con champán y decoración especial... (recomendable hablarlo con los propietarios, ellos lo preparan todo). Aunque el hotel no tiene restaurante, quisimos cenar y nos prepararon unos platos de degustación de jamón, quesos, ensalada... y nos la trajeron a la habitación, todo un detalle.

Le regale a mi madre una noche en el hotel con la intención de que se relajara, ¡pues todo menos eso!
Llegó a las 17.30 de la tarde, 13 de enero del 2017, hacia un día malísimo y muchísimo frío. Había reservado la habitación zen precisamente para relajarse, cuando entró, la habitación estaba fría, vamos que eso de quitarte la ropa, relajarte y meterte en el jacuzzi, ¡imposible!.

A pesar de que no llegó tarde, el hotel no daba cenas (en la página del hotel pone que con previo aviso sí, parece ser que necesitan un día de antelación para saber si vas a querer cena o no) sí es cierto que le ofrecieron traerle algo del pueblo, claro que una vez subido, ¡a ver como lo calienta a la hora de cenar!

Total, que se tuvo que comer un bocadillo de chorizo, frío evidentemente, con el culo en el radiador de la habitación. Ese día hacía como 1 grado en la calle, esa habitación tendría que estar a 25 grados para que apetezca quitarse la ropa, relajarse y meterse en el jacuzzi. Bueno total, el agua estaba fría y tuvo que avisarles, no estaba ni dada el agua caliente.

El Valle de Carranza es precioso, un lugar especial para descansar y desconectar. Y hacerlo en este precioso y acogedor hotel es todo un lujo. Las habitaciones son alucinantes, todas diferentes y con mucho encanto. Los desayunos son variados, abundantes y muy ricos. A destacar la inmejorable atención de los dueños.

¡Gracias por todo y volveremos muy pronto!

Pequeño y acogedor hotel rural, perfecto para aquellos que quieran tomarse unas vacaciones en medio de un entorno de paz y tranquilidad, donde abunda la naturaleza. El edificio está rodeado de terreno de once mil metros cuadrados, con excelentes vistas del verde Valle de Carranza. Cuenta con ocho habitaciones temáticas: Budista, Marruecos, Zen, India, Ibiza, Inglaterra, Francia y África.