Hotel Antony

...:: EL HOTEL :...

Como digo, era un edificio bastante grande, y todo rodeado de árboles. Al llegar entramos con el coche directamente en el aparcamiento, que ocupaba los dos laterales y la parte trasera del recinto (la entrada principal estaba reservada para los viajeros que llegaban en autocar). Llegamos allí a última hora de la tarde y el aparcamiento estaba bastante vacío, así que cogimos el primer sitio que nos pillaba más cerca de la puerta y maletas en mano nos dirigimos a la recepción. El chico que nos atendió, por cierto, en cuanto nos pidió la documentación y vio que éramos españoles, inmediatamente se dirigió a nosotros en un español perfecto.

Después de haber visto el hotel de Florencia, este era una maravilla: Unas puertas de acceso enormes; una recepción
Fotos de Antony Hotel, Mestre
Antony Hotel, Mestre 1055. Venecia - Hotel Antony - Antony Hotel, Mestr
En un rinconcito de la habitación.
Gigante y una sala al lado, también muy grande, llena de sofás y con un televisor y zona de lectura; tres ascensores... En recepción como siempre entregamos el bono que nos habían enviado por correo los chicos de Destinia, y con él nos dieron la tarjeta de nuestra habitación, que no recuerdo el número exacto que era, pero estaba en el piso 5.Todos los pasillos estaban enmoquetados y eran muy anchos, comodísimos para pasar por ellos con las maletas sin llevarse ninguna maceta ni ningún adorno por delante. La decoración del hotel en general no era excesivamente recargada pero sí estaba llena de detalles, desde algún que otro espejo en los pasillos hasta una máquina para limpiarse los zapatos, que no llegamos a utilizar pero vimos de camino a la habitación, o la pedazo de lámpara de araña que había en la recepción.

Menos mal que había bastante luz y la decoración era un poco alegre, porque con lo largos que eran esos pasillos, si llegamos a estar un poco a oscuras seguramente me habría acordado de las gemelas de "El resplandor" y no sé si habría sido capaz de llegar hasta la habitación.

...:: LA HABITACIÓN ::...

Como siempre, habíamos reservado una doble; ahora os cuento con más detalle cómo era la nuestra, pero a modo de resumen os diré no sólo que me quedé boquiabierta cuando entramos en ella, sino además que, de todos los hoteles en los que estuvimos en este viaje, me quedo con el Antony de Mestre sin dudarlo ni un momento. La distribución de nuestra (gigante, como el resto de cosas de este hotel) habitación era la siguiente:
* Al entrar, y colocado en toda la pared izquierda, ocupando desde la puerta hasta la ventana del fondo, había por este orden una balda para maletas, un armario bastante grande con caja fuerte, y una encimera muy larga con un par de sillas, el mueble bar y la televisión. El trozo de pared que ocupaba la encimera (que debía de tener por lo menos 4 metros de largo) estaba cubierto, casi hasta el techo, por un espejo.

* En el lado derecho de la habitación, en primer lugar el baño. Y menudo baño, madre mía. No sólo era enorme, sino que tenía una decoración muy sencilla, mezcla de mármol y madera, que me gustó muchísimo. A un lado estaba la bañera, que me encantó porque la alcachofa de la ducha era de tamaño paella; al otro lado, un bidé y el inodoro, y detrás de ellos una balda a media altura, para colocar cosillas, y en toda esa pared, desde la balda hasta el techo, un espejo. En la pared de enfrente, la que se veía desde la puerta del baño, estaba el lavabo con otro espejo también enorme y un montón de detallitos, desde gorros de ducha hasta cepillos de dientes. Por el espacio que había, dentro de este baño podríamos haber bailado un vals (si hubiéramos sabido, claro, porque esto de bailar no se nos da nada bien a ninguno de los dos).
* Seguidamente la zona de los dulces sueños, que venía con dos camas que por lo menos tenían 1'35 de ancho cada una, con unos colchones y unas almohadas comodísimos. Entre las dos había una mesilla de noche bajo la cual había otra caja fuerte; esto me llamó la atención porque no me sonaba haber visto nunca una habitación de hotel con dos cajas fuertes.

* Igual que en el resto de hoteles (imagino que será lo habitual en Italia), aquí también teníamos aire acondicionado. Cada habitación tenía su propio aparato, así que lo podías regular a tu gusto, programarlo para que se apagara a una hora concreta, etc. De todas formas, me da que aparte del aparato en cada habitación debía de haber aire acondicionado central, porque no hacía nada de calor incluso cuando lo teníamos apagado.
* De espacio, esta habitación era una maravilla. No tuvimos que andar jugando al tetris como en el hotel de Cannes, ni meternos de cabeza debajo de la encimera para poder abrir la maleta sin chocar con los pies de la cama, como en Florencia. La verdad es que daban ganas de quedarse más rato en el hotel para amortizar tanto espacio, jaja. Lástima que sólo tengo una foto, y tampoco es que se aprecie demasiado en ella el tamaño...

...:: EL DESAYUNO ::...

Al llegar al hotel la tarde anterior ya nos habían dicho en la recepción que el desayuno se servía desde las 7 hasta las 10, y que el comedor estaba en el sótano. Cuando a la mañana siguiente bajamos a desayunar me volví a quedar alucinada, porque el comedor iba a juego con el tamaño de todas las demás cosas del hotel. Debía de haber allí, fácilmente, unas 100 mesas redondas, y en la pared del fondo una pantalla gigante en la que solían estar puestas las noticias.

Una de las paredes del comedor, la más cercana a la puerta, tenía una barra como las de los bares, con máquina de café y un camarero que era todo un profesional: Le faltaba tiempo para acercarse a tu mesa y preguntarte qué querías de beber con el desayuno.
En otra de las paredes había una encimera que ocupaba todo el espacio. En ella teníamos todo tipo de cosas, desde cinco o seis jarras de zumo diferentes, varias fuentes con yogures de distintos sabores, todo tipo de bollería, pan blanco, pan tostado, leche, varios contenedores con cereales, fruta, huevos, embutido, una tostadora para el pan, ensaladas. Sólo esa encimera yo creo que era más grande que toda mi casa...

Aquí sí que daba gusto tomarte tu tiempo desayunando mientras veías las noticias, y eso que el comedor no tenía nada de especial, ni vistas porque estaba en el sótano. Pero la verdad es que se estaba de lo más cómodo allí; era casi como si estuvieras en tu propia casa.

...:: EL PRECIO ::...

Aparte de todo lo que ya os he comentado, el precio fue una de las mejores cosas de este hotel. Su categoría son cuatro estrellas, y las dos noches que pasamos allí nos salieron por un total de 117,90 euros; es decir, 58,95 euros por noche. Para lo mucho que nos gustó el hotel, y lo bien que estaban tanto la habitación como las instalaciones, creo que es un precio estupendo; además nos habían advertido de que Venecia era de lo más caro que nos íbamos a encontrar en cuanto a alojamiento, así que este hotel fue toda una sorpresa. Supongo que de haber podido alojarnos más cerca de la propia Venecia, los precios se habrían disparado bastante; pero aun así, la verdad es que tampoco nos resultó nada incómodo desplazarnos desde Mestre hasta allí.
El aparcamiento estaba incluido en el precio de la habitación, y además ya os comentaba que era bastante grande, así que no tuvimos problema de no encontrar sitio, ni de tener que andar moviendo coches como la señora Ida en Florencia, ni nada. Las veces que cogimos el coche para movernos a cualquier parte, al volver al hotel siempre había bastantes huecos libres donde poder volver a dejarlo.

...:: CONCLUSIÓN ::...

Supongo que después de todo esto podréis intuir que, sin lugar a dudas, salí encantada de este hotel así que os lo recomiendo si tenéis pensado hacer un viaje a Venecia. Quizá lo que resulte más incómodo, si vas hasta allí en avión, es que estás a 12 kilómetros de la ciudad; pero en la misma calle del hotel, cruzando al otro lado, había una parada de autobús que en unos 10 minutos te llevaban hasta la entrada de Venecia. Así que si no sois perezosos para usar el transporte público, la verdad es que yo creo que merece la pena alojarse un poco más lejos, a no ser que os apetezca estar en todo el centro de Venecia, que eso sí que tiene que ser una maravilla.

Sin embargo, si no os importa desplazaros y además no tenéis pensado gastaros demasiado en el alojamiento, el hotel Antony me parece una muy buena opción. En los sobrecitos de champú y gel que nos pusieron en el baño, vimos que aparecían los nombres de otros hoteles de la misma cadena; uno de ellos se llamaba Antony Palace; así que si el Antony a secas era así, el Palace tiene que ser una pasada, seguro.