Después de todo... muy bien
Cuando decidimos ir a Nueva York una de nuestras prioridades era encontrar un hotel limpio, no muy caro y céntrico. Y lo conseguimos, después de buscar muchos comentarios en internet nos decidimos por éste, fue todo un éxito, partiendo de la base que las moquetas no nos gustan y había, todo lo demás genial.
La habitación era grande y el baño moderno y limpio. En el hall tiene dos ordenadores para los clientes donde podías consultar donde ir y cómo, aparte de poder poner mails y ver los recibidos.
Muy importante... se me olvidaba, el desayuno estaba incluido, por lo que ya te ahorrabas