Fanis
Sitio tranquilo
Descubrí este hotel por casualidad, buscábamos un hotel a las afueras de Lisboa ya que estábamos de paso, apenas tuvimos tiempo de disfrutarlo llegamos tarde y nos fuimos temprano, pero sin duda repetiremos, la atención muy buena el hotel impecable, al lado de la recepción está la piscina con lo que apetece bañarse nada más llegar, el entorno tranquilo, el restaurante tiene terracita con vistas a los campos, un sitio sin duda para desconectar y abstraerse