Palacio toscano, pero menos
La verdad es que el hotel está muy bien publicitado (induce bastante a engaño ver las fotos de las habitaciones, y que te digan que es un antiguo palacio toscano).
Su situación es bastante conveniente, ya que está en una calle tranquila junto al río (es una pena que no esté dando a este), a mitad de camino entre la estación y la plaza de la torre.
Pero la habitación era exigua y más aun el cuarto de baño, con una mínima mampara para la ducha, alguien grande en tamaño tendrá seguro dificultades para ducharse. Además el olor a humedad era evidente, pese a la profusión de ambientadores que había en la habitación.
Hay que alabar el desayuno, fantástico, que haya un pequeño patio interior como parking y con una agradable terraza para tomar algo, que siempre tengas un tentempié en la recepción, o que un chófer te lleve gratis exclusivamente a ti al aeropuerto en la furgoneta del hotel.
Esos detalles hacen que lo recomiende, además, el trato es mucho más familiar o cercano que en otro tipo de hoteles más grandes.
pd: Igual las habitaciones que dan al patio y están en la planta baja son más grandes, sé que algunas hay con bañera, preguntarlo si os decidís por este lugar.


